En este ensayo me propongo mostrar algunas de las características que nos asoman la fuerte presencia de la noción de Fortuna en esta obra.
Debemos en primer lugar; enfocarnos en lo que significaba para los romanos la Fortuna. Éstos la entendían como todo aquello que puede suceder azarosamente; es decir, todo aquello (bueno o malo) que puede suceder y alterar el comportamiento del hombre de manera inesperada y sin causa aparente. Ahora bien Séneca no sólo era romano, era estoico.
La Fortuna para los estoicos es aquello que debemos evitar; el apego a las cosas terrenales y entre ellas las emociones nos hacen desmedidos y esta desmesura nos hace vulnerables ante los avatares de la Fortuna. ¿Por qué? Pues la racionalidad brinda estabilidad, las emociones pueden cambiar de un momento a otro, en un momento podemos sentir algo y al mismo tiempo sentir lo opuesto, las emociones entonces se prestan para las contradicciones y donde hay contradicciones se puede concluir cualquier cosa. Al respecto Nussbaum nos expone:
“(…) Séneca la caracteriza como alguien que comprende cuán profundamente su propia virtud, su personalidad, se identifica con cosas exteriores; de tal manera que, injuriada y avasallada por la fortuna, ya no es ella misma”[1]
Los estoicos prefieren unirse al lado de la racionalidad pues hay mucho menos que perder, el control de las emociones y el desapego a las cosas terrenales; garantizan el no sentir dolor pero al mismo tiempo pareciera el proporcionar insensibilidad extrema.
“Para un estoico, por supuesto, ésta insistencia en el valor de las cosas externas está profundamente equivocada. Lo que está mal en la vida humana, lo que impide a las personas poseer todos los bienes tal como son es el vicio, de modo que la única manera de imaginar correctamente una edad de oro es imaginar una edad sin vicio, sin pasión, sin la falsa creencia en el valor de las cosas externas” [2]
Por otra parte, tenemos una noción de la bondad unida a lo que podemos controlar, para el estoico lo controlable es algo bueno. Además el estoico profesa que debemos hacer el bien para con los demás, para con los amigos, y para con la naturaleza. Se ve pues una identificación un tanto confusa de la bondad con respecto al control, sin embargo lo que se desprende de esto es que, no sólo la bondad sino la justicia está presente también pues al querer algo bueno para con nosotros y para con los demás se acaricia la noción de justicia con sutileza.
En el caso de Medea, acaricia dicha noción pero de modo inverso e inadecuado; con la venganza. Si la venganza se presenta es porque de manera indirecta la concepción de justicia lo está, nadie se venga de manera que no crea que se está cometiendo una injusticia para consigo. Ahora bien, esta superposiciones de nociones y concepciones nos lleva de manera confusa – ya decíamos anteriormente- al hecho de que por un lado hay virtudes como la bondad y la justicia presentes y que debemos compartir para con los demás y el mundo, pero por el otro, los estoicos nos incitan a desapegarnos de toda pasión o sentimiento que a la larga pueda hacernos daño… ¿Cómo podemos atribuirle entonces bondad o justicia a algo si tenemos que desapegarnos de todo? De nuevo Nussbaum nos señala:
“El estoico, sugiere este drama, tiene un problema similar con las virtudes, puesto que define lo que no controla como un no-bien y nos enseña a no desearlo. EL resultado es el mismo: el estoico es de hecho un ser deiforme”.[3]
Otra noción importante es la del Destino. Por una parte está la Fortuna que representa el verdadero enemigo pero por otro lado está el destino que debemos aceptar tal y cual se presenta pues representa el acuerdo con la naturaleza, la naturaleza está determinada por causas y efectos, es estable. Así mismo, el destino es estable y no se ve afectado por lo azaroso pues lo que ha de suceder, sucederá.
Ahora bien Séneca filósofo pareciera ir por un camino más extremo y rígido que el Séneca dramaturgo, este último pareciera darse cuenta que aunque es cierto que el apego a las emociones no nos proporciona nada más que inestabilidad, dicha inestabilidad es lo que en muchas ocasiones nos hacen humanos y eso es exactamente lo que se pone de manifiesto en la obra Medea.
Recordemos que la Medea es una tragedia griega originalmente, y que Séneca rescata. En dicha tragedia Medea que está casada con Jasón, debe exiliarse porque el rey ordena a Jasón a casarse con su hija, Medea tiene dos hijos con Jasón y debe dejarlos también con su padre. Ésta en su delirio causado por el dolor por lo que sucede pareciera convertirse por un lado en la heroína estoica al matar a sus dos hijos en venganza por lo que le hizo Jasón, así demuestra su desapego hacia todo pero al mismo tiempo, ella logra ese desapego porque Jasón le importa demasiado, ella está apegada a la idea de esposo que tiene de Jasón. ¿Qué tiene que ver todo esto con la noción de Fortuna? A lo largo de la obra vemos como está presente dicha noción, e incluso podemos intuir que al Medea dejarse afectar por las pasiones (y sobre todo por la ira) se hace esclava de los avatares de la Fortuna y por ello es que le ocurren tantas desgracias.
A continuación, citaré los pasajes más significativos en cuanto a la afección de Medea por las pasiones descontroladas y sobre la Fortuna y con ello cerraré este ensayo.
ü 125: “¿Es que ha llegado a creerse que toda mi maldad ya se ha agotado? Insegura, ofuscada, mi mente enferma me arrastra en todas direcciones. ¿De dónde voy a poder conseguir mi venganza?”.[4]
ü 155: “Medea: La fortuna a los valientes los teme: a los cobardes los aplasta.”[5]
ü 175: “Medea: La fortuna puede quitarme los recursos, no los ánimos. [6]
ü 220: “La fortuna voraz y caprichosa se lanzó sobre mí arrancándome del trono y me mandó al destierro. Fíate de los reinos, cuando sus grandes poderes los arrastra a capricho de acá para allá el azar.”[7]
ü 240: “Que la fortuna aplaste mi causa como ella quiera; no me arrepiento de haber salvado la gloria de tantos reyes.”[8]
ü 285: “Medea: Yo, por la feliz unión de la boda real, por las esperanzas futuras y por la estabilidad de los reinos a los que la veleidosa Fortuna sacude con toda clase de vicisitudes …”[9]
ü 515: “Jasón: Me rindo, agobiado por las desgracias. Teme tú también los golpes del azar que tantas veces has probado.Medea: Siempre he estado yo por encima de tipo de fortuna.”[10]
[1] Nussbaum, Martha, La terapia del deseo. Pág. 549
[2] Ibidem. Pág. 571
[3] Ibidem. Pág. 575
[4] Séneca, Tragedias. Pág.192.
[5] Ibidem.Pág.194.
[6] Ibidem.Pág.195.
[7] Ibidem.Pág.197.
[8] Ibidem.Pág.200.
[9] Ibidem.Pág.200.
[10] Ibidem.Pág.212.
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