Entendemos por epistemología lo concerniente a las características necesarias y suficientes para que el conocimiento se de; en este sentido veremos como Hume da cuenta de este aspecto en su filosofía y cuales son, para él, dichas características. En esta oportunidad nos enfocaremos en el Abstrac de un Tratado de la Naturaleza Humana, que dicho sea de paso fue escrito por el mismo autor (David Hume) en tercera persona, por lo que las citas que emplearemos en este artículo serán muestra de ello.
En este artículo, el autor nos expone su acercamiento a la concepción de percepción. Las percepciones son todo aquello que puede estar de una u otra forma en la mente; ya sean, ideas o impresiones. Las ideas son aquellas que no nos dicen nada de los objetos y que no se nos comunican a través de ellos, a través de ellas podemos generar reflexiones y pensamientos acerca de algo que no está presente. Por su parte las impresiones si nos hablan directamente de los objetos, porque estas vienen del objeto mismo a través de los sentidos. Hume dice al respecto:
“Nuestro autor comienza con algunas definiciones. Llama percepción a todo lo que puede estar presente en la mente, sea que empleemos nuestros sentidos, o que estemos movidos por la pasión o que ejerzamos nuestro pensamiento y nuestra reflexión. Divide nuestras percepciones en dos clases, a saber, las impresiones y las ideas. Cuando sentimos una pasión o una emoción de cualquier clase, o cuando las imágenes de los objetos externos nos son traídas por nuestros sentidos, la percepción de la mente es lo que él llama impresión, que es una palabra que él emplea en un nuevo sentido. Cuando reflexionamos sobre una pasión o sobre un objeto que no está presente, esta percepción es una idea”.
David Hume. Abstrac del Tratado de una Naturaleza Humana (pág.2)
Las percepciones se dividen en simples y complejas; lo cual quiere decir que las ideas y las impresiones se dividen en simples y complejas. Ahora bien, las percepciones simples son aquellas a las que no se les puede separar, ni dividir y las percepciones complejas son aquellas que están conformadas por partes. Asi pues una cerámica es una impresión simple y la imagen en nuestra mente de ella es una idea simple, pero el piso completo compuestos de varias cerámicas es una impresión compleja así como su representación es una idea compleja.
Ahora bien, las impresiones anteceden a las ideas; ya que, el primer conocimiento que adquirimos es a través de los sentidos, no podemos pensar en nada que no hayamos aprehendido a través de ellos. Así también tenemos la capacidad de recordar las experiencias que hemos tenido con los objetos esto es gracias a la memoria. Así pues:
“Nuestro autor piensa que <<ningún descubrimiento podría haberse hecho más felizmente para decidir todas las controversias relativas a las ideas, que éste de que las impresiones siempre son anteriores a las ideas y que cada idea con que esté equipada la imaginación ha hecho su aparición primero en una aparición correspondiente”
David Hume. Abstrac del Tratado de una Naturaleza Humana (pág.3)
David Hume. Abstrac del Tratado de una Naturaleza Humana (pág.3)
La razón entonces en este punto juega un papel muy importante, pues la misma se divide entonces en cuestiones de hechos y cuestiones de ideas; esta a su vez se centra en buscar por instinto lo que se acepta o se cree. Concentrémonos en decifrar lo que significan las cuestiones de hechos y de ideas. Las cuestiones de hechos son aquellas que están ligadas directamente a la experiencia y a los objetos (lo empírico), por su parte las cuestiones de ideas son aquellas que pertenecen al mundo formal o de la lógica, no nos dicen nada de las cosas pero a ellas se les puede aplicar criterios de verdad.
Todo ello tiene por supuesto una razón de ser, para Hume el conocimiento verdadero es aquel que rinde cuentas sobre los siguientes eventos:
1. Necesidad Física.
2. Necesidad lógica.
3. Hechos azarosos
La necesidad física y la lógica, deberían ser perfectamente justificables por ser necesarias y los hechos azarosos no necesitan de una justificación pues se mueven en el campo de la probabilidad. Ahora bien, pasemos un momento a la justificación de la necesidad lógica para luego ahondar en la justificación de la necesidad física. La necesidad lógica está de por si justificada pues pertenece al campo formal, lo cual quiere decir que se mueve en el ámbito de las taulogías y como es de saberse las tautologías por ser tautologías no necesitan justificación. Además es una redundancia buscar la justificación de la misma.
Ahora bien ¿La necesidad física puede ser justificada? Por la vía deductiva no es posible, pero Hume piensa que quizás por vía Inductiva si pueda ser justificada. La inducción pues nos permitiría un trato más experimental y directo con el objeto y por tanto mayor experiencia del mismo, y así proporcionarnos el conocimiento. Hume sostiene que así como proceden las ciencias experimentales debe proceder la ciencia que trate sobre la naturaleza del hombre para poder tener una mayor precisión al momento de fundamentarse. La deducción es un método que permite la justificación de premisas considerando que la conclusión está implícita en las mismas; es decir, que se incluye necesariamente en las mismas; a través de un método así es imposible poder justificar la naturaleza humana ya que las conclusiones que podamos sacar no pueden estar incluidas en los hechos que sean observados, la naturaleza y sobretodo la humana siempre está innovando y además de un hecho se pueden seguir diferentes conclusiones. Por su parte la inducción busca justificar a partir de la observación directa con el objeto, por lo tanto apela a la experiencia. Por esto es que Hume sostiene que este es el método a seguir en la tarea de la justificación de las cuestiones de hecho. Al respecto el autor dice:
“Si, al examinar diferentes fenómenos, descubrimos que ser resuelve un solo principio común, y si podemos inferir este principio de otro, llegaremos, al final, a aquellos pocos principios simples de los que depende todo el resto”.
David Hume. Abstrac del Tratado de una Naturaleza Humana (pág.1)
Pues bien, el autor nota que todas las cuestiones de hecho están pues sujetas a la noción de causa y efecto, por lo que se dispone a hacer un análisis de dicha noción. En principio Hume nos expone que la causa tiene sus características propias, estas son a saber:
1. Contingüidad.
2. Prioridad en el tiempo.
3. Conjunción.
La contigüidad es referida a la inmediatez de la causa ante el efecto; es decir que la causa siempre es perseguida por su efecto. La prioridad en el tiempo nos remite a que la causa siempre es primera que el efecto en el tiempo y la conjunción que nos expone que todo objeto semejante a una causa produce siempre un efecto semejante. Sin embargo para Hume esto no resume lo que queremos en realidad saber en cuanto a la sustentación de los objetos y el conocimiento que adquirimos de ellos, es decir, el cómo los conocemos y debido a qué aún no está del todo claro; pues ¿Cómo es posible que podamos esperar siempre de una causa su efecto? Esto el autor lo resolverá con la Teoría de la Regularidad de la Naturaleza.
Dicha Teoría sostiene que la naturaleza siempre se comporta de manera regular y es por eso que podemos inferir los efectos de causas determinadas.
“(…)todos los razonamientos concernientes a la causa y al efecto están fundados en la experiencia, y que todos los razonamientos sacados de la experiencia están fundados en la suposición de que el curso de la naturaleza continuará siendo uniformemente el mismo.”
David Hume. Abstrac del Tratado de una Naturaleza Humana (pág.4)
No obstante, la pregunta que debemos hacernos ahora es: ¿La teoría de la regularidad de la naturaleza justifica entonces la inducción y por tanto, justifica a la experiencia y la necesidad física? La repuesta evidentemente es no, ya que la propia conclusión a la que llega el autor de la regularidad de la naturaleza es en sí misma una inducción, no puede entonces justificar al método inductivo. Hume entonces termina por evidenciar que la inducción no puede ser justificada, al igual que las cuestiones de hecho pues las inferencias que llegamos a hacer de la naturaleza se dan por costumbre.
La noción de costumbre viene entonces a justificar esa “fuerza por la que operan los cuerpos” para dicho autor. Pero en realidad la noción de costumbre no viene a representar ninguna aclaratoria para las pretensiones epistemológicas del autor; pues las costumbres vienen a darse en un ámbito que ciertamente tiene que ver la experiencia pero está lejos de considerarse una prueba epistemológica de cómo adquirimos conocimiento. Las costumbres se dan gracias a los hábitos y repeticiones de eventos que repetimos ya sea por imposición, por deseo o simplemente porque si. Estas no nos dicen que hay detrás del telón del conocimiento que nos permite acceder a él y mucho menos que lo sustente.
“Aquello que es falso por demostración implica una contradicción; y lo que implica una contradicción no puede concebirse. Pero en lo que respecta a una cuestión de hecho, por fuerte que sea la prueba que proporciona la experiencia, puedo siempre concebir lo contrario, aunque no siempre pueda creerlo. La creencia establece, pues, una cierta diferencia entre la concepción a la que asentimos y aquella a la cual no asentimos.”
David Hume. Abstrac del Tratado de una Naturaleza Humana (pág.5)
Fuentes consultadas:
1) David Hume, Abstrac sobre el Tratado de la Naturaleza Humana.
blocs.xtec.cat/filocostaillobera/files/2008/03/abstract-del-tractat-de-la-naturalesa-humana.pdf
2) http://es.wikipedia.org
3) http://www.psico.edu.uy/academic/epistemologia/hume.htm
4) Diccionario de filosofía en CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Todos los derechos reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.
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